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sábado, 11 de julio de 2020

Nuestra vida oculta


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¡Mi vida católica!

Nuestra vida oculta
11 de julio de 2020
Sábado de la decimocuarta semana de
lecturas del tiempo ordinario para hoy

 San Benito, Abad — Memorial




"Nada está oculto que no será revelado, ni secreto que no se sabrá".  Mateo 10: 26b

Este es un pensamiento muy consolador, o muy aterrador dependiendo de lo que haya "ocultado" o de lo que tenga "secreto" dentro de su corazón. ¿Qué hay allí, en el fondo de tu conciencia? ¿Qué se esconde que solo Dios ve por ahora? Hay dos extremos en los que las personas pueden caer en este sentido, y muchos lugares entre los extremos.

El primer extremo es esa persona que vive una persona pública falsa pero que secretamente vive una vida muy diferente. Estos son los que caen en el pecado de la hipocresía, o son lo que podemos llamar "dos caras". Esta es una situación aterradora. Es aterrador porque quienes viven este tipo de vida nunca están realmente en paz. Están completamente atrapados en lo que otros piensan y en cómo se ve su imagen pública. Interiormente, están llenos de mucho dolor, ansiedad y miedo. Esta persona lucha mucho con cualquier forma de verdadera humildad, honestidad e integridad.

Pero dicho esto, también hay otra forma de persona que vive una vida oculta. ¡Esta es la vida oculta del santo! Tomemos, por ejemplo, la Santísima Virgen María. Ella fue vista como una fornicaria temprano en su vida y esta "imagen pública" de ella nunca fue corregida en este mundo.  ¿De qué otra manera habría quedado embarazada de Jesús? Muchos pensaron. Pero la verdad era que su alma era la creación más bella, pura y santa que Dios haya hecho. ¡Y ahora, la belleza de su vida interior se manifiesta ante los ángeles y los santos y se manifestará por toda la eternidad!

La promesa de la Escritura anterior es que todo lo que esté dentro de nuestro corazón y conciencia se manifestará por toda la eternidad. Por lo tanto, aquellos que vivan vidas de virtud verdaderamente santas, humildes y sinceras ahora serán vistos en esta luz por la eternidad. Aquellos que viven vidas oscuras ocultas tendrán esas vidas visibles para la eternidad de alguna manera de acuerdo con la misericordia y la justicia de Dios.

De nuevo, esto probablemente será consolador o aterrador, dependiendo de nuestros corazones. Pero lo que deberíamos sacar de esto, más que nada, es la importancia de luchar por un corazón verdaderamente santo y puro aquí y ahora. No importa si nadie ve tu santidad, solo Dios necesita verla. El objetivo es permitir que Dios forme una hermosa vida interior para usted y permitirle que haga que su alma sea hermosa para él.

Reflexione hoy sobre qué tan bien hace esto. ¿Qué tan bien le permites diariamente a Dios que trate tu corazón y tu conciencia como Su posesión, convirtiéndolo en un lugar de verdadera belleza que deleita mucho a Su corazón y al tuyo?

Señor, por favor, ven y haz de mi corazón tu morada. Haz que mi alma te agrade en todos los sentidos. Que tu gloria se manifieste allí y permitas que esta gloria se manifieste por toda la eternidad. Jesús, confío en ti.

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