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viernes, 17 de julio de 2020

Deseo misericordia


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Deseo misericordia
17 de julio de 2020
Viernes de la decimoquinta semana en
lecturas del tiempo ordinario para hoy


"Si supieras lo que esto significa, deseo misericordia, no sacrificio , no hubieras condenado a estos hombres inocentes". Mateo 12: 7

Los apóstoles de Jesús tenían hambre y recogían espigas mientras caminaban para satisfacer su hambre. Como resultado, los fariseos condenaron a los apóstoles por hacer lo que afirmaron que era "ilegal" en sábado. Afirmaron que recoger espigas mientras caminaban se consideraba "trabajo" y, por lo tanto, violaban la ley que requería descansar en sábado.

De Verdad? ¿Los fariseos pensaron seriamente que los apóstoles pecaron recogiendo grano mientras caminaban para satisfacer su hambre? Esperemos que no nos resulte difícil ver lo absurdo e irracional de esta condena. Los apóstoles no hicieron nada malo, pero fueron condenados de todos modos. Eran "hombres inocentes" como señala Jesús.

Jesús responde a la irracionalidad de los fariseos recordándoles la Escritura: "Deseo misericordia, no sacrificio". Y señala que los apóstoles fueron condenados erróneamente porque los fariseos no entienden este pasaje y este mandato de Dios para la misericordia.

El mandamiento del sábado para descansar era de Dios. Pero el mandamiento de descansar no era un requisito por sí mismo. Este no era un requisito legal que de alguna manera honrara a Dios simplemente guardándolo estrictamente. El descanso sabático fue principalmente un regalo de Dios para la humanidad en el sentido de que Dios sabía que necesitábamos descanso y rejuvenecimiento. Sabía que necesitábamos tiempo cada semana para reducir la velocidad, ofrecer adoración especial a Dios y disfrutar de la compañía de los demás. Pero los fariseos convirtieron el descanso del sábado en una carga. Lo convirtieron en una estricta observancia legalista que no hizo nada para glorificar a Dios o refrescar el espíritu humano.  

Una verdad clave que podemos aprender de este pasaje es que Dios nos llama a interpretar su ley a través de los ojos de la misericordia. La misericordia siempre nos refresca, nos eleva y nos llena de nueva energía. Nos motiva a adorar y nos llena de esperanza. La misericordia no nos impone una pesada carga legalista; más bien, la misericordia y la ley de Dios juntas nos rejuvenecen y nos refrescan.

Reflexione hoy sobre cómo ve los mandamientos de Dios y su ley. ¿Lo ve como un requisito legalista y oneroso? ¿O lo ves como una bendición de la misericordia de Dios destinada a aligerar tu carga?

Señor, ayúdame a amar tu ley. Ayúdame a verlo realmente a la luz de Tu misericordia y gracia. Que pueda ser renovado por todo lo que mandas y ser elevado por tu voluntad. Jesús, confío en ti.

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