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miércoles, 8 de abril de 2020

Se puso a lavarles los pies


Templo de San Francisco - Celaya, Gto.

Se puso a lavarles los pies
Jueves 9 de abril
JUEVES SANTO
¡Paz y Bien!
Evangelio
Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre y habiendo amado a los suyos, que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. 

En el transcurso de la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de entregarlo, Jesús, consciente de que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas y sabiendo que había salido de Dios y a Dios volvía, se levantó de la mesa, se quitó el manto y tomando una toalla se la ciñó; luego echó agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que se había ceñido. 

Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: «Señor, ¿me vas a lavar tú a mí los pies?». Jesús le replicó: «Lo que estoy haciendo tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde». Pedro le dijo: «Tú no me lavarás los pies jamás». Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tendrás parte conmigo». Entonces le dijo Simón Pedro: «En ese caso, Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza». Jesús le dijo: «El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos». Como sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: ‘No todos están limpios'. 

Cuando acabó de lavarles los pies, se puso otra vez el manto, volvió a la mesa y les dijo: «¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Les he dado ejemplo, para que lo que yo he hecho con ustedes, también ustedes lo hagan».
Palabra del Señor

Reflexión

Amor y servicio están fuertemente entrelazados, pues el verdadero amor se manifiesta en el servicio a los que amamos y este servicio puede exigir la donación de la propia vida, así como Jesús presenta su vida como un servicio permanente y se identifica como el que "ha venido para servir" en la entrega diaria, en sus obras y acciones con la intención plena de servir su propia vida y su mismo cuerpo en la mesa de la existencia diaria y en la eucaristía. 

Jesús nos pone a la mesa su vida y mediante la Eucaristía, dispone su Cuerpo como alimento y su Sangre como bebida, para que en Él tengamos vida, pero la vida sólo es vida cuando se comunica y cuando se da como servicio a los que se ama.
¡Feliz Jueves Santo!

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