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viernes, 3 de enero de 2020

¿Dónde vives, Rabí?


Templo de San Francisco - Celaya, Gto.



¿Dónde vives, Rabí?

Sábado 4 de enero

¡Paz y Bien!

Evangelio
Juan 1, 35-42
En aquel tiempo, estaba Juan el Bautista con dos de sus discípulos, y fijando los ojos en Jesús, que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de Dios". Los dos discípulos, al oír estas palabras, siguieron a Jesús. El se volvió hacia ellos, y viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué buscan?" Ellos le contestaron: "¿Dónde vives, Rabí?" (Rabí significa ‘maestro’). El les dijo: "Vengan a ver".

Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que Juan el Bautista decía y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés, fue a su hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías" (que quiere decir ‘el ungido’). Lo llevó a donde estaba Jesús y éste, fijando en él la mirada, le dijo: "Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Kefás" (que significa Pedro, es decir, ‘roca’).
Palabra del Señor

Reflexión

Si el evangelio de ayer nos invitaba a anunciar a Jesús, a presentarlo en medio de nuestros ambientes, hoy podemos ver el efecto que causa esta invitación en los oyentes. 

Jesús es tan poderosamente atrayente, y sus palabras llenas de amor son capaces de seducir al corazón más duro. Los oyentes del Bautista quedaron embelesados con la presencia de Jesús y lo empezaron a seguir.

Cuando nosotros perdemos el miedo a hablar de Él y tomamos en las manos nuestra Biblia y con ella vamos ayudando a nuestros hermanos a descubrir a Jesús, se realiza el mismo prodigio que hoy hemos visto: la gente se interesa por Él a tal punto de preguntar: ¿Dónde vives?, que es como decir: "¿En dónde te puedo encontrar, Maestro?, quiero estar siempre contigo".

Y es que la palabra de Jesús es tan arrolladora y atrayente que, en quien la empieza a escuchar, nace una gran sed y un deseo genuino de conocerlo con profundidad.

Trae siempre contigo la Sagrada Escritura y no desaproveches la oportunidad de presentar a Jesús. Yo te aseguro que verás cosas como las que hoy has escuchado.
¡Feliz Sábado!

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