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martes, 5 de marzo de 2019

El gran milagro del miércoles de ceniza de 1218

Dominio Público, Wikipedia / ChurchPOP
“ En verdad te digo, si tienes fe tan pequeña como una semilla de mostaza, puedes decirle a esta montaña, 'Muévete de aquí para allá', y se moverá. Nada será imposible para ti. ”- Jesús, Mateo 17.20
El Miércoles de Ceniza es una de las fiestas católicas más populares de todo el año litúrgico. Los devotos y los nominales se dirigen a la iglesia, hacen fila para recibir cenizas y toman las decisiones finales sobre lo que están renunciando por la Cuaresma.
Pero hace unos 800 años, fue la fecha de un milagro extraordinario de uno de los más grandes santos de la Iglesia.
El miércoles de ceniza, en 1218, St. Dominic, de 48 años, estaba en una sala capitular con algunos cardenales discutiendo algunos asuntos administrativos. De repente, alguien se estrelló a través de la puerta. Según  Vidas de los santos de Butler  , que registra la historia, el hombre estaba "desgarrándose el pelo y haciendo grandes lamentos, gritando". Y fue porque llevaba malas noticias: el sobrino de uno de los cardenales presentes había sido recientemente Tirado de su caballo y matado.

Al principio, todos se quedaron en silencio aturdidos. El cardenal cayó en una profunda pena. Dominic trató de ofrecer algunas palabras de consuelo, pero con poco efecto.
Después de reflexionar, Dominic se hizo cargo de la situación: ordenó que se llevara el cadáver del hombre muerto y que se preparara una misa en la iglesia cercana.
Durante la misa, Dominic “derramó un torrente de lágrimas”. Luego, durante la consagración, sucedió algo increíble (¡aparte de la transubstanciación, por supuesto!): Mientras Dominic levantó el Cuerpo y la Sangre de Cristo en el aire, cayó en un éxtasis religioso ¡Y comenzó a levitar! Todos los presentes lo vieron.
Cuando se completó la misa, Dominic llevó a todos al cadáver del hombre muerto. Se arrodilló y oró en silencio durante un tiempo, luego se puso de pie, haciendo la Señal de la Cruz. Entonces, de nuevo, comenzó a levitar y proclamó en voz alta: “¡ Te digo que en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, levántate! 
¡Por la gracia de Dios, frente a todos los presentes, el hombre muerto volvió a la vida y resucitó completamente ileso!
La noticia del milagro se extendió rápidamente. La ciudad, la iglesia local e incluso el propio pontífice celebraron la noticia y alabaron a Dios.

¿Conoces la historia de otro gran milagro de Cuaresma? ¡Comparte en los comentarios!

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