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domingo, 4 de noviembre de 2018

Noticias / Papa Francisco Papa Francisco: La posesión demoníaca existe. El demonio sí existe.

papa francisco sentado en la silla papal vaticano levanta su mano

Papa Francisco: La presencia del demonio está en la primera página de la Biblia y también termina con la victoria de Dios sobre el demonio  


Jesús expulsa a los demonios, y alguien empieza a dar explicaciones para disminuir la fuerza del Señor.

El Papa Francisco realizó su reflexión, tomando el Evangelio, sobre la tentación de disminuir la figura de Jesús como si fuese como mucho un curador, pero sin tomarle del todo en serio. Una actitud que ha llegado hasta nuestros días.

El demonio sí existe.
Hay algunos sacerdotes que cuando leen este pasaje del Evangelio, este y otros (sobre expulsión de demonios), que dicen: "Jesús curó a una persona de una enfermedad psíquica." No se lee esto aquí, ¿no?

Es verdad que en aquel tiempo se podía confundir una epilepsia con la posesión del demonio; pero es también cierto que existía el demonio.


Y no tenemos derecho a simplificar tanto las cosas, diciendo: "Todos estos no estaban endemoniados; eran enfermos psíquicos". ¡No!

La presencia del demonio está en la primera página de la Biblia y la Biblia acaba también con la presencia del demonio, con la victoria de Dios sobre el demonio.

No debemos ser ingenuos.
El Señor nos da algunos criterios para discernir la presencia del mal y para ir por el camino cristiano cuando hay tentaciones.

1er criterio
Jesús vino a destruir al demonio, a darnos la liberación de la esclavitud del diablo sobre nosotros. Y, no se puede decir que así exageramos.

En este punto no hay medias tintas. Hay una lucha, y una lucha en la que se juega la salud, la salud eterna, la salvación eterna de todos nosotros.

2do criterio
"No seguir la victoria de Jesús sobre el mal solo a medias." O estas conmigo (dice el Señor) o estás contra mí.

3er criterio
"Estar vigilantes". Debemos ser vigilantes siempre, vigilar contra el engaño, contra la seducción del maligno. Y podemos preguntarnos: ¿Yo me vigilo a mí, mi corazón, mis sentimientos, mis pensamientos? ¿Guardo el tesoro de la gracia? ¿Guardo la presencia del Espíritu Santo en mí? ¿O lo dejo estar, seguro, creo que voy bien? Si tú no guardas, viene el que es más fuerte que tu.

Pero si llega uno más fuerte que él y le gana, le quita las armas en las que confiaba y se reparte el botín. ¡La vigilancia! Tres criterios, ¡eh! No confundir la verdad.

Resumiendo: Jesús lucha contra el diablo: primer criterio. Segundo criterio: quien no está con Jesús, está contra Jesús. No hay enseñanzas a medias. Tercer criterio: la vigilancia de nuestro corazón, porque el demonio es astuto. ¡Nunca se le expulsa para siempre!Sólo lo será el último día.

Mantenerse en constante vigilancia
Recordemos algo que nos dice el Evangelio: "Cuando el espíritu impuro sale del hombre, vaga por lugares desiertos, buscando alivio, y al no encontrarlo, dice: "Volveré a mi casa, de donde he salido".

Y cuando la encuentra barrida y en orden. Entonces va, toma a otros siete espíritus peores que él, vienen y moran en ella. Y así, la última situación de ese hombre se vuele peor que la primera".

La vigilancia, porque su estrategia es esa: Tu te has hecho cristiano, sigue adelante en tu fe, yo te dejo, te dejo tranquilo. Pero después, cuando te has acostumbrado y no vigilas tanto y te sientes seguro, yo vuelvo.

El Evangelio comienza con el demonio expulsado y termina con el demonio que vuelve.

San Pedro lo decía:

"El demonio es como un león feroz, que gira a nuestro alrededor".

Es así. "¡Pero, Padre, usted está un poco anticuado! Nos asusta con estas cosas ...". No, yo no. Es el Evangelio... Y esto no son mentiras: es la Palabra de Dios.

Pidamos al Señor la gracia de tomar en serio estas cosas. Él ha venido a luchar por nuestra salvación. El ha vencido al demonio.

Por favor, no hagamos tratos con el demonio. Él busca volver a casa, tomarnos en posesión ... No relativizar, vigilar. Y siempre con Jesús.

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