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jueves, 25 de octubre de 2018

¡NO TE RINDAS AL DESALIENTO EN LA ORACIÓN! 25 DE OCTUBRE DE 2018 POR ANTHONY LILLES

A veces, cuando ofreces todo lo que tienes y no hay más que dar, todo lo bueno que pretendías parece chocar contigo. Todos tus esfuerzos parecen haber sido en vano. Los sacrificios ocultos y las lágrimas ocultas parecen no haber pagado dividendos.
A veces, mientras ofrecías un noble sacrificio y un tierno acto de misericordia, solo realizabas tu propia humillación. No solo el proyecto que no lograste completar, sino tu propia debilidad e insuficiencia te miran a la cara. No quedan sentimientos nobles. Sólo queda el vacío.
¡No dejes que este abismo de humillación se desperdicie! No dejes pasar la oportunidad de orar en medio del fracaso. Porque aquí, finalmente podemos ofrecer algo de verdadero valor a los ojos de Dios. Aquí, en el lugar donde se destruyen los planes y se rompe el corazón, Cristo crucificado nos espera con amor, y el autor de nuestra fe espera para que nuestra propia fe sea perfecta.
El Rey de la Gloria prefiere estos lugares de pobreza y fracaso: considera dónde nació y cómo murió. La imagen del Dios invisible ha elegido hacer nuestra humillación la suya. Cuando somos humillados por Su causa, el que es Poderoso está listo para exaltarnos.
Por eso, precisamente cuando estamos envueltos en la decepción, no debemos atormentarnos con lo que pensamos que debería suceder, sino dar gracias por lo que el Señor mismo logrará. No necesitamos saber cómo o qué hará Él. Solo tenemos que confiar en que su trabajo será mucho más hermoso que cualquier cosa que estuviera limitada por nuestras propias categorías de éxito.
La fidelidad, no el éxito, es la buena tierra de la oración. En el fracaso y la derrota, el acto más frágil de amor y confianza hace que todo el mundo sea vulnerable a un nuevo trabajo que el Creador anhela realizar. En un lugar tan sagrado, el menor acto de gratitud es como una semilla de mostaza. Cuando se aplasta el corazón, un instante de elogio en tales circunstancias es como una perla de valor incalculable en Sus ojos. Tal acto abre fisuras en este mundo y en estas la Fuente de las Aguas Vivas espera para derramar los tesoros inagotables de Su gran misericordia.

Esta publicación apareció originalmente en el blog Begintopray.blogspot.com

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