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martes, 23 de octubre de 2018

Arcángel San Miguel. Monte Sant’ Angelo

Su nombre Mi-ka-El significa ¿Quién como Dios?
Altar mayor, dedicado a San Miguel Arcángel. Gruta de la basílica. Monte Sant’Angelo

Para nosotros, el Arcángel San Miguel está considerado como el más poderoso defensor del pueblo de Dios. En la iconografía, ya sea oriental u occidental, San Miguel es representado como un combatiente, con la espada o la lanza en la mano, bajo sus pies el dragón, Satanás, vencido en la batalla.
Desde hace siglos los creyentes se confían a su protección aquí en la Tierra, pero también, y particularmente, en el momento del juicio, como recita una antigua invocación: San Miguel, defiéndenos en el combate a fin de que no perezcamos en el día del tremendo juicio.
El Arcángel es reconocido también como guía de las almas al cielo. Esta función de San Miguel se evidencia en la liturgia romana, en particular en la Oración sobre las ofrendas de la misa de difuntos: Señor Jesucristo, libera las almas de los fieles difuntos de las penas del infierno; San Miguel, que es portador de tus santas señales, los conduzca a la santa luz que prometiste a Abraham y a su descendencia.
La tradición también atribuye a San Miguel el pesar las almas después de la muerte. Por eso, en algunas de sus representaciones iconográficas, además de la espada, el Arcángel lleva en la mano una balanza.
En los primeros siglos del cristianismo, especialmente entre los bizantinos, San Miguel era considerado como médico celestial de las enfermedades de los hombres. A menudo se lo identificaba con el ángel de la piscina de Betesda, de la cual se habla en el capítulo 5 del Evangelio según san Juan: Hay en Jerusalén, cerca de la Puerta de las Ovejas, una piscina, llamada en hebreo Betesda, con cinco pórticos bajo los cuales yacía un gran número de enfermos, ciegos, rengos y paralíticos.
En ciertos momentos descendía un ángel y agitaba el agua: el primero en entrar después de la agitación del agua se curaba de cualquier enfermedad que padeciese (Jn 5, 2-4). “No sólo has vencido al dragón grande y terrible en tu santuario de Chone, sino que también se ha formado un curso de agua que cura toda enfermedad del cuerpo. Así canta el himno AKATISTO de la liturgia bizantina a San Miguel Arcángel. 
Interior de la basílica dedicada al Arcángel San Miguel . Monte Sant’Angelo
Frente y campanario de la la Basílica del Arcangel San Miguel Monte Sant’angelo

Para reza al Arcangel San Miguel.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

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