Papa Francisco: Que Dios nos guarde de la terrible tentación de la envidia. Esta actitud destruye familias, amistades, comunidades
"La envidia y los celos por la bondad y las buenas obras de otra persona pueden llevar a acusaciones falsas, a la calumnia, destinadas a destruir su buena reputación", así lo expresó el Papa Francisco a los peregrinos y turistas que se acercaron a la Plaza de San Pedro para escuchar su discurso en la oración dominical del Ángelus
Reflexionando sobre el Evangelio del día, el Papa Francisco exploró dos tipos de malentendidos que Jesús tuvo que enfrentar, que vinieron de los escribas letrados y el de sus propios familiares.
El pecado contra el Espíritu Santo
Los escribas de los tiempos de Jesús estaban bien instruidos en las Sagradas Escrituras, y su trabajo era explicarlas a las personas.
La fama de Jesús comenzaba a extenderse, por lo que algunos escribas fueron enviados a Galilea para desacreditarlo. Estos escribas llegan con una acusación precisa y terrible:
"Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los demonios". (Marcos 3,22)
Ellos querían hacer creer a la gente que Jesús obtuvo sus poderes de sanación del demonio y no de Dios. Jesús llamó a esto un "pecado contra el Espíritu Santo" porque negaron y blasfemaron contra el Amor de Dios que está presente y obra en Jesús.
El único pecado imperdonable, la blasfemia contra el Espíritu Santo, parte de un corazón cerrado a la misericordia de Dios, que actúa en Jesús.
EL veneno mortal de la envidia
Convirtiendo este episodio bíblico en una lección para hoy, a veces una fuerte envidia por la bondad y buenas obras de una persona puede llevar a acusarlas falsamente.
Esto es un "veneno mortal" y una "malicia premeditada" que busca destruir la buena reputación de otra persona.
Que Dios nos guarde de esta terrible tentación y que nos confesemos inmediatamente en el sacramento de la Penitencia si al examinar nuestra conciencia, nos damos cuenta de que esta hierba maligna está brotando dentro de nosotros, antes de que se desarrolle y produzca sus efectos malvados, los cuales son incurables.
Tenga cuidado, porque esta actitud destruye familias, amistades, comunidades e incluso la sociedad
La nueva familia de Jesús
Para la familia de Jesús, su estilo de vida itinerante les parecía loco. Jesús se había puesto tan disponible para los demás, especialmente para los enfermos y pecadores, que apenas tenía tiempo para comer. Entonces, su familia decidió llevarlo de regreso a Nazaret. Llegan al lugar donde Jesús está predicando y lo envían a llamar.
Pero Jesús, les explica a todos cómo ha formado una nueva familia, no basada en vínculos naturales.
"¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?... ¡He aquí mi madre y mis hermanos! Porque el que hace la voluntad de Dios, él es hermano, hermana y madre para mí".
Jesús formó una nueva familia basada en la fe en Él y en su amor que nos acoge y nos une unos a otros en el Espíritu Santo.
Todos los que aceptan la palabra de Jesús son hijos de Dios y nos hace hermanos entre nosotros y nos hace ser la familia de Jesús. Por el contrario, hablar de los demás y destruir su fama, nos hace la familia del diablo.
María: la más grande discípula
La respuesta de Jesús sobre quienes son su verdadera familia no revela una falta de respeto por su madre y su familia.
De hecho, es el mayor reconocimiento para María, porque ella misma es la discípula perfecta que obedeció la voluntad de Dios en todo.
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