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domingo, 26 de noviembre de 2017

Amar a María del Buen Amor



25/11/2017 de FOPSME.
“Uno de los grandes defectos de mi vida espiritual  fue la falta de devoción a la Madre de Dios. Creía en las verdades que la Iglesia nos enseña acerca de Nuestra Señora, y decía el Ave María cuando oraba, pero esto no era suficiente.

Las personas no se dan cuenta del gran poder que tiene la Virgen bendita ni saben quién es ella……: de sus manos recibimos todas las gracias porque Dios ha querido que ella participe en su trabajo para la salvación de la humanidad.

Para mí, en aquellos días, aunque creía en ella, Nuestra Señora significaba un poco más que un hermoso mito, pues en la práctica yo no le ponía más atención que la que se le presta a un símbolo o a un poema. Ella era la virgen que se veía a la entrada de las catedrales medievales. Ella era la que yo había visto en todas las estatuas  y cuyas pinturas decoraban las paredes.

Sin embargo, ese no es el lugar que le pertenece a María en la vida de los seres humanos. Ella es la madre de Cristo, su madre en nuestra alma. Ella es la madre de la vida sobrenatural que llevamos dentro de nosotros. Nosotros logramos la santidad por su intercesión. Dios no quiere que sea de otra manera”.



  
A la Santísima Virgen María del Buen Amor.

Te conozco y sin embargo no te conozco. Te amo, pero no lo suficiente.
Enséñame a ir a Dios .
Necesito que tú me guíes. Necesito que mi corazón se mueva bajo tu impulso. Necesito que mi alma se purifique por medio de tu oración. Necesito que tú fortalezcas mi voluntad. Necesito que tú salves al mundo y lo cambies. Te necesito para todos los que sufren, para los encarcelados, para quienes están en peligro, para los atribulados. Te necesito para toda la iglesia, para los sacerdotes, para los religiosos.
Necesito que tus manos sanadoras actúen siempre…….. ven mi vida!
Necesito que, a imagen de tu Hijo, hagas de mí un sanador, un consolador, un salvador.
Necesito que tú le pongas nombre a los muertos. Necesito que ayudes a los moribundos a cruzar el río particular de cada uno de ellos.
Te necesito para mí mismo, tanto si vivo como si muero.
Necesito ser  tu hijo.
 Amén.

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