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jueves, 16 de marzo de 2017

EN EL SILENCIO SE ENCUENTRA DIOS

Sólo en el silencio del alma se encuentra la paz, incluso y a pesar de ruidos exteriores que amenazan distraerte. Tiene mucha razón nuestro Papa cuando nos habla de la necesidad de hacer silencio en nuestro interior, porque sin silencio, exterior e interior, no podremos hablar con DIOS.

Y nadie puede impedirnos hacer ese silencio, porque está en nosotros. Ni los ruidos, ni las tentaciones, ni los apegos, ni las prisas, ni nada que pretenda perturbarnos, porque el ESPÍRITU está en nosotros y ÉL se cuidará de que, si nos abrimos a ÉL, nada podrá apartarnos de permanecer en presencia de DIOS, y DIOS está en el silencio y en la brisa suave que nos inunda de paz y de encuentro con nuestra vocación hacia la santidad.

Por eso debemos cuidar mucho nuestro trabajo bloguero, cuidado de activarnos con tantas actividades que nos aparten de ese silencio interior que nos une con DIOS. Ahora, sobre las diez, hora canaria, medito esta reflexión, que me hago, delante de la televisión.Escucho unas habaneras y canciones de mi isla conejera por un grupo marinero muy bueno, pues bien, digo esto porque a pesar del ruido y de lo que está alrededor, me he sentido atraído a reflexionar y meditar.

Experimento una sensación gozosa de paz, de abandono que me invade y me serena, me tranquiliza. Y eso no puede ser otra cosa que la presencia de DIOS. Ante tantas cosas que hacer he sentido por dejar todo, como María, la hermana de Marta, y ponerme a los pies de JESÚS para, en silencio, oírle. Y bien que vale la pena hacerlo.

Sin embargo, no todos los ruidos son iguales. Mientras unos pueden servirte de ayuda a propiciar ese silencio necesario, otros pueden favorecer que, en lugar de silencio, se propicie intranquilidad y ruidos que confundan y distraigan. Acabo de apagar la televisión, pueden suponer por qué.

Por eso, busquemos ese espacio que necesitamos para dejar entrar silencio que nos transporte a la presencia del SEÑOR. Y, ahí, en serena paz entablar un diálogo de escucha y palabra con ÉL.

SEÑOR, cuando más cerca estoy de TI experimento
que me cuesta mucho mantenerme a tu estilo
y según tu quieres. Es entonces cuando
descubro que te necesito, que sin
TI no puedo amar ni perdonar,
y que estar a tu lado es
vital para mí. Amén.

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