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domingo, 30 de junio de 2024

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN DÍA 1 DE JULIO



ARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN

Pensamiento bíblico:

«Junto a la cruz de Jesús estaba su madre... Los judíos, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado..., pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua» (Jn 19,25.31-34).

Pensamiento franciscano:

«Consideremos todos los clérigos el gran pecado e ignorancia que tienen algunos acerca del santísimo cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo, y de sus sacratísimos nombres, y de sus palabras escritas que consagran el cuerpo. Sabemos que no puede existir el cuerpo, si antes no es consagrado por la palabra. Nada, en efecto, tenemos ni vemos corporalmente en este siglo del Altísimo mismo, sino el cuerpo y la sangre, los nombres y las palabras, por las cuales hemos sido hechos y redimidos de la muerte a la vida» (CtaCle 1-3).

Orar con la Iglesia:

Oremos al Señor Jesús que nos ha revelado el amor gratuito y universal del Padre y que, de su corazón abierto por la lanza, ha hecho brotar la fuente de toda gracia.

-Cristo, que en la Última Cena instituiste el sacrificio de la nueva alianza en tu sangre, renueva hoy y siempre tu alianza con los hombres.

-Tú que, exaltado en la cruz, quisiste ser traspasado por la lanza del soldado, sana nuestras heridas y perdona nuestras infidelidades.

-De tu corazón traspasado por la lanza salió sangre y agua, dando así nacimiento a tu esposa, la Iglesia; haz que sea santa e inmaculada.

-Cristo, tú que entraste en el santuario del cielo con tu sangre, haz que la Iglesia sea verdadera morada del Altísimo para todos los bautizados.

Oración: Señor Jesucristo, que nos has redimido con tu sangre, convierte del todo nuestros corazones a ti y haz que consigamos ahora tu perdón y la gloria en la eternidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


 

El Señor es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía

 



 El Señor es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía

San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia

(Sermón 47, sobre las ovejas, 1.2.3.6: CCL 41,572-573)

Las palabras que hemos cantado expresan nuestra convicción de que somos rebaño de Dios: Él es nuestro Dios, creador nuestro. Él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Los pastores humanos tienen unas ovejas que no han hecho ellos, apacientan un rebaño que no han creado ellos. En cambio, nuestro Dios y Señor, porque es Dios y creador, se hizo él mismo las ovejas que tiene y apacienta. No fue otro quien las creó y él las apacienta, ni es otro quien apacienta las que él creó.

Por tanto, ya que hemos reconocido en este cántico que somos sus ovejas, su pueblo y el rebaño que él guía, oigamos qué es lo que nos dice a nosotros, sus ovejas. Antes hablaba a los pastores, ahora a las ovejas. Por eso, nosotros lo escuchábamos, antes, con temor, vosotros, en cambio, seguros.

¿Cómo lo escucharemos en estas palabras de hoy? ¿Quizá al revés, nosotros seguros y vosotros con temor? No, ciertamente. En primer lugar porque, aunque somos pastores, el pastor no sólo escucha con temor lo que se dice a los pastores, sino también lo que se dice a las ovejas. Si escucha seguro lo que se dice a las ovejas, es porque no se preocupa por las ovejas. Además, ya os dijimos entonces que en nosotros hay que considerar dos cosas: una, que somos cristianos; otra, que somos guardianes. Nuestra condición de guardianes nos coloca entre los pastores, con tal de que seamos buenos. Por nuestra condición de cristianos, somos ovejas igual que vosotros. Por lo cual, tanto si el Señor habla a los pastores como si habla a las ovejas, tenemos que escuchar siempre con temor y con ánimo atento.

Oigamos, pues, hermanos, en qué reprende el Señor a las ovejas descarriadas y qué es lo que promete a sus ovejas. Y vosotros -dice-, sois mis ovejas. En primer lugar, si consideramos, hermanos, qué gran felicidad es ser rebaño de Dios, experimentaremos una gran alegría, aun en medio de estas lágrimas y tribulaciones. Del mismo de quien se dice: Pastor de Israel, se dice también: No duerme ni reposa el guardián de Israel. Él vela, pues, sobre nosotros, tanto si estamos despiertos como dormidos. Por esto, si un rebaño humano está seguro bajo la vigilancia de un pastor humano, cuán grande no ha de ser nuestra seguridad, teniendo a Dios por pastor, no sólo porque nos apacienta, sino también porque es nuestro creador.

Y a vosotras -dice-, mis ovejas, así dice el Señor Dios: «Voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío». ¿A qué vienen aquí los machos cabríos en el rebaño de Dios? En los mismos pastos, en las mismas fuentes, andan mezclados los machos cabríos, destinados a la izquierda, con las ovejas, destinadas a la derecha, y son tolerados los que luego serán separados. Con ello se ejercita la paciencia de las ovejas, a imitación de la paciencia de Dios. Él es quien separará después, unos a la izquierda, otros a la derecha.

 



MI VISITA A
JESÚS SACRAMENTADO

Actos de adoración:

Vengo, Jesús mío, a visitarte. Te adoro en el sacramento de tu amor. Te adoro en todos los Sagrarios del mundo. Te adoro, sobre todo, en donde estás más abandonadoyeresmás ofendido. Te ofrezco todos los actos de adoración que has recibidodesde la institución de este Sacramento y recibirás hastael finde los siglos. Te ofrezco principalmente las adoraciones de tu SantaMadre,
de San Juan, tu discípulo amado, y de las almas más
enamoradas de la Eucaristía. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Ángel de mi Guarda, ve y visita en mi nombre todos los
Sagrarios del mundo. Di a Jesús cosas que yo no sé decirle, y pídele su bendiciónpara mí.

Actos de fe:

Creo, Jesús mío, que eres el Hijo de Dios vivo que has venidoa salvarnos. Creo que estás presente en el augusto Sacramento del Altar. Creo que estás, por mi amor, en el Sagrario noche ydía. Creo que has de permanecer con nosotros hasta que seacabeel mundo. Creo que bendices a los que te visitan, y que atiendes losruegos de tus adoradores.
Creo que eres el viático de los moribundos que te amanparallevarlos al cielo. Creo en Ti, y creo por los que no creen. (Comuniónespiritual).

Actos de esperanza:

Espero en Ti, Jesús mío, porque eres mi Dios y me has creadopara el cielo. Espero en Ti, porque eres mi Padre. Todo lo he recibidodetubondad. Sólo lo malo es mío. Espero en Ti, porque eres mi Redentor. Espero en Ti, porque eres mi Hermano y me has comunicadotu filiación divina. Espero en Ti, porque eres mi Abogado que me defiendesanteel Padre. Espero en Ti, porque eres mi Intercesor constante enlaEucaristía. Espero en Ti, porque has conquistado el cielo con tuPasiónymuerte. Espero en Ti, porque reparas mis deudas. Espero en Ti, porque eres el verdadero Tesoro de las almas. Espero en Ti, porque eres tan bueno que me mandas queconfíe en Ti bajo pena de condenación eterna. Espero en Ti, porque siempre me atiendes, y me consuelas, ynunca has defraudado mi esperanza. ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío

Actos de caridad:

Te amo, Jesús mío, y te amo con todas las veras y comoanadie. Porque Tú me has amado infinitamente,
Porque Tú me has amado desde la eternidad. Porque Tú has muerto para salvarme
Porque Tú no has podido amar más. Porque Tú me has hecho participante de tu divinidadyquieresque lo sea de tu gloria.
Porque Tú te entregas del todo a mi en la Comunión. Porque Tú me das en manjar tu Cuerpo y en bebida tuSangre. Porque Tú estás siempre por mi amor en la Santa Eucaristía. Porque Tú me recibes siempre en audiencia sin hacermeesperar. Porque Tú eres mi mayor Amigo. Porque Tú me llenas de tus dones. Porque Tú me tratas siempre muy bien, a pesar de mis
pecados e ingratitudes. Porque Tú me has enseñado que Dios es Padre que meamamucho. Porque Tú me has dado por Madre a tu misma Madre. ¡Dulce Corazón de Jesús, haz que te ame cada día más ymás!Dulce Corazón de Jesús, sé mi amor. Te amo por los que no te aman. Te amo por los que nunca piensan en Ti. Te amo por los que no te visitan. Te amo por los que te ofenden e injurian. ¡Que pena por esto!
Te amo y te digo con aquel tu siervo:
¡Oh Jesús, yo me entrego a Ti para unirme al amor eterno,
inmenso e infinito que tienes a tu Padre celestial! ¡OhPadreadorable! Te ofrezco el amor eterno, inmenso e infinitodetuamado Hijo Jesús, como mío que es. Te amo cuandotuHijote ama. (S. Juan Eudes).

Actos de contrición:

¡Jesús mío, misericordia!
Jesús mío; te pido perdón por los muchos pecados quehecometido durante mi vida. Por los de mi niñez y adolescencia. Por los de mi juventud. Por los de mi edad adulta. Por los que conozco y no
conozco. Por lo mucho que te he disgustado con ellos.
Por lo mal que me he portado contigo. Siento mucho haberte ofendido. ¡Perdóname, perdóname, perdóname!
Perdóname según tu gran misericordia. Perdóname por lo ingrato que he sido para Ti. Perdóname y no quieras ya acordarte de mis pecados. Perdóname y limpia mi alma de toda basura e infidelidad. Perdóname y ten misericordia de este pobre pecador. Perdóname, porque estoy muy arrepentido. Perdóname, que quiero ser bueno en adelante con tudivinagracia. Perdóname y aparta tu rostro de mis ingratitudes. Perdóname, que me causan mucho miedo mis pecados. Perdóname, porque me reconozco pecador y reo. Perdóname, porque no obstante Tú sabes que te quieromucho. Jesús, sé para mí Jesús. Madre mía, intercede por mí ante tu divino Hijo Jesús. ¡Dulce Corazón de María, sé mi salvación!

Actos de gratitud:

Oh Jesús, te doy rendidas gracias por los beneficios quemehas dado. Yo no sabré nunca contarlos sino en el cielo, y allí te losagradeceré eternamente. Padre Celestial, te los agradezco por tu Santísimo HijoJesús. Espíritu Santo que me inspiráis estos sentimientos, a Ti seadado todo honor y toda gloria. Jesús mío, te doy gracias sobre todo por haberme redimido. Por haberme hecho cristiano mediante el Bautismo, cuyaspromesas renuevo. Por haberme dado por Madre a tu misma Madre. Por haberme dado un grande amor a tan tierna Madre. Por haberme dado por Protector a San José, tu Padre adoptivo. Por haberme dado al Ángel de mi
Guarda.
Por haberme conservado hasta ahora la vida para hacer
penitencia. Por tener estos deseos de amarte y de vivir y morir entugracia.

Actos de súplica:

Te ruego, Jesús mío, que no me dejes, porque me perderé. Que persevere siempre en tu amor. Que estés siempre conmigo, sobre todo cuando esté enpeligrode pecar, y en la hora de mi muerte. Que no permitas que jamás me aparte de Ti. Que sepa padecer con resignación por Ti. Que no me preocupe sino de amarte. Que ame también a mis prójimos. Que ame mucho a los pecadores. Que ame mucho a los pobres y a los enfermos. Que ame mucho a las almas del Purgatorio. Que saquemuchas almas del Purgatorio con mis obras, que te las ofrezcoa este fin. Que ampares a tu Iglesia. Al romano Pontífice, tu Vicario visible en la tierra. A los Prelados y a los Sacerdotes. A los Religiosos y Religiosas. A los que mandan en tu nombre. A los que gobiernan nuestra nación
A nuestra querida patria. A mis amados parientes y allegados. Que pagues a mis bienhechores
Que favorezcas a los que ruegan por mí. Que bendigas a los que me miren con indiferencia ynomequieran. Que trabaje mucho por Ti hasta la muerte. Que me concedas una muerte santa. Que diga al morir: ¡Jesús, Jesús, Jesús!!
Que me lleves al cielo cuando muera. Amén.

ORACIÓN FINAL

Jesús mío, échame tu bendición antes de salir, y que el
recuerdo de esta visita, que acabo de hacerte, persevereenmi
memoria y me anime amarte más y más. Haz que cuandovuelva a visitarte, vuelva más santo. Aquí te dejo mi corazónpara que te adore constantemente y lo hagas más agradableatus divinos ojos. Adiós, adiós, Jesús mío.

lunes, 1 de julio de 2024 Santo Evangelio 1 de Julio 2024

 



 Texto del Evangelio (Mt 8,18-22):

 En aquel tiempo, viéndose Jesús rodeado de la muchedumbre, mandó pasar a la otra orilla. Y un escriba se acercó y le dijo: «Maestro, te seguiré adondequiera que vayas». Dícele Jesús: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». Otro de los discípulos le dijo: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre». Dícele Jesús: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos».



«Sígueme»


Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells

(Salt, Girona, España)

Hoy, el Evangelio nos presenta —a través de dos personajes— una cualidad del buen discípulo de Jesús: el desprendimiento de los bienes materiales. Pero antes, el texto de san Mateo nos da un detalle que no querría pasar por alto: «Viéndose Jesús rodeado de la muchedumbre...» (Mt 8,18). Las multitudes se reúnen cerca del Señor para escuchar su palabra, ser curados de sus dolencias materiales y espirituales; buscan la salvación y un aliento de Vida eterna en medio de los vaivenes de este mundo.

Como entonces, algo parecido pasa en nuestro mundo de hoy día: todos —más o menos conscientemente— tenemos la necesidad de Dios, de saciar el corazón de los bienes verdaderos, como son el conocimiento y el amor a Jesucristo y una vida de amistad con Él. Si no, caemos en la trampa de querer llenar nuestro corazón de otros “dioses” que no pueden dar sentido a nuestra vida: el móvil, Internet, el viaje a las Bahamas, el trabajo desenfrenado para ganar más y más dinero, el coche mejor que el del vecino, o el gimnasio para lucir el mejor cuerpo del país.... Es lo que les pasa a muchos actualmente.

En contraste, resuena el grito lleno de fuerza y de confianza del Papa San Juan Pablo II hablando a la juventud: «Se puede ser moderno y profundamente fiel a Jesucristo». Para eso es preciso, como el Señor, el desprendimiento de todo aquello que nos ata a una vida demasiado materializada y que cierra las puertas al Espíritu.

«El Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza (...). Sígueme» (Mt 8,22), nos dice el Evangelio de hoy. Y san Gregorio Magno nos recuerda: «Tengamos las cosas temporales para uso, las eternas en el deseo; sirvámonos de las cosas terrenales para el camino, y deseemos las eternas para el fin de la jornada». Es un buen criterio para examinar nuestro seguimiento de Jesús.

SANTA ESTER Reina de Persia

 




1 DE JULIO SANTA ESTER REINA DE PERSIA

SANTA ESTER

Reina de Persia

PALABRA DE DIOS DIARIA

Etimológicamente significa “estrella”. Viene de la lengua persa.

El libro de Ester contiene una de las más emocionantes escenas de la Historia Sagrada. Habiendo el rey Asuero (Jerjes) repudiado a la reina Vasti, la judía Ester vino a ser su esposa y reina de Persia. Ella, confiada en Dios y sobreponiéndose a su debilidad, intercedió por su pueblo cuando el primer ministro Amán concibió el proyecto de exterminar a todos los judíos, comenzando por Mardoqueo, padre adoptivo de Ester. En un banquete, Ester descubrió al rey su nacionalidad hebrea y pidió protección para sí y para los suyos contra su perseguidor Amán. El rey concedió lo pedido: Amán fue colgado en el mismo patíbulo que había preparado para Mardoqueo, y el pueblo judío fue autorizado a vengarse de sus enemigos el mismo día en que según el edicto de Amán, debía ser aniquilado en el reino de los persas. En memoria de este feliz acontecimiento los judíos instituyeron la fiesta de Purim (Fiesta de las Suertes).

El texto masorético que hoy tenemos en la Biblia hebrea, sólo contiene 10 capítulos, y es más corto que el originario, debido a que la Sinagoga omitió ciertos pasajes religiosos, cuando la fiesta de Purim, en que se leía este libro al pueblo, tomó carácter mundano. San Jerónimo añadió los últimos capítulos (10, 4-16, 24), que contienen los trozos que se encuentran en la versión griega de Teodoción, pero faltan en la forma actual del texto hebreo.

El carácter histórico del libro siempre ha sido reconocido, tanto por la tradición judaica, como por la cristiana. Un hecho manifiesto nos muestra la historicidad del libro, y es la existencia de la mencionada fiesta de Purim, que los judíos celebran aún en nuestros días. Sin embargo, han surgido no pocos exégetas, sobre todo acatólicos, que relegan el libro de Ester a la categoría de los libros didácticos o le atribuyen solamente un carácter histórico en sentido lato. Es éste un punto que debe estudiarse a la luz de las normas trazadas en la Encíclica "Divino Afflante Spiritu". Hasta aclararse la cuestión damos preferencia a la opinión tradicional.

En cuanto al tiempo de la composición se deciden algunos por la época de Jerjes I (485-465 a. C.), otros por el tiempo de los Macabeos.

La canonicidad del libro de Ester está bien asegurada. El Concilio de Trento ha definido también la canonicidad de la segunda parte del libro de Ester (cap. 10, vers. 4 al cap. 16, vers. 24), mientras los judíos y protestantes conservan solamente la primera parte en su canon de libros sagrados.

Los santos Padres ven en Ester, que intercedió por su pueblo, una figura de la Santísima Virgen María, auxilium christianorum. Lo que Ester fue para su pueblo por disposición de Dios, lo es María para el pueblo cristiano.

Publicado por Padre Francisco Javier Rebollo León


Liturgia de las horas P. Paco Rebollo SIERVOS DEL DIVINO AMOR. OFICIO DE LECTURA, LAUDES, HORAS INTERMEDIAS, VÍSPERAS Y COMPLETAS. 1 DE JULIO LUNES XIII DEL T. ORDINARIO

 



De la Feria. Salterio I

OFICIO DE LECTURA

INVITATORIO

Si ésta es la primera oración del día:

V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

Ant. Entremos a la presencia del Señor dándole gracias.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Entremos a la presencia del Señor dándole gracias.


Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: DIOS DE LA TIERRA Y DEL CIELO

Dios de la tierra y del cielo,
que, por dejarlas más claras,
las grandes aguas separas,
pones un límite al cielo.

Tú que das cauce al riachuelo
y alzas la nube a la altura,
tú que, en cristal de frescura,
sueltas las aguas del río
sobre las tierras de estío,
sanando su quemadura,

danos tu gracia, piadoso,
para que el viejo pecado
no lleve al hombre engañado
a sucumbir a su acoso.

Hazlo en la fe luminoso,
alegre en la austeridad,
y hágalo tu claridad
salir de sus vanidades;
dale, Verdad de verdades,
el amor a tu verdad. Amén.

SALMODIA

“El Don del Amor”.

 



“El Don del Amor”.

MADRE DEL AMOR

Hija: Hoy hablarás del Don del Amor, del amor mismo, que no es otra cosa que la vida misma del alma. El que posee este Don es todo aquél que ya me posee en su corazón. Esa alma tiene el Don de sabiduría, de piedad, de humildad. El Don por el cual sólo estarán en la verdad, que Yo soy, y esa alma está tan unida a Mí que ya nada le falta, ya nada le espanta.

Yo soy ese Don y donde estoy Yo, hay paz y se practica la Caridad, por esto en este retiro deseo que se llenen de este amor para que lo puedan dar a los demás.

Yo deseo hijos que siempre desaparezcan ustedes para que sea Yo el que aparezca. Ahora están algunos al frente de algún cargo, mas recuerden que no siempre será y que deben aprovechar todo esto porque todo pasa. El día de hoy es único en sus vidas. Es un día que no se repetirá y lo que no aprovecharon por el bien, se arrepentirán, mas esa oportunidad no regresará. María es la que los debe siempre guiar, desea que sepan aprovechar ese tiempo que para ustedes cuenta.

Amor por amor sea vuestra vida, o sea, que den amor sin esperar ser correspondidos. ¿O qué? ¿Desean que los amen primero para dar amor?

Yo les pido, estén ciertos de mi amor, más a Mí si deben corresponder amando a todos sin distinción.

Yo les bendigo.

Sagrado Corazón de Jesús

Siervos del Divino Amor 

MISAL DIARIO PALABRA DE DIOS. LECTURAS DEL LUNES XIII DEL T. ORDINARIO 1 DE JULIO (VERDE)

 El Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza.




Se sugiere utilizar hoy las oraciones de la Misa de los santos ángeles, tal como aparecen en el presente formulario (cfr. Misas votivas, Misal Romano, p. 1201 [1193]); pero en su lugar pueden utilizarse las del domingo anterior o las de cualquier domingo del Tiempo Ordinario.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 102, 20
Bendigan al Señor todos sus ángeles, poderosos ejecutores de sus órdenes, prontos a obedecer su palabra.  
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que con admirable armonía distribuyes las funciones de los ángeles y de los hombres, concede, benigno, que aquellos mismos que te asisten, sirviéndote siempre en el cielo, sean los que protejan nuestra vida en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo…

LITURGIA DE LA PALABRA

Aplastan a los pobres contra el suelo.

Del libro del profeta Amós: 2, 6-10.13-16

Esto dice el Señor: "Por sus innumerables pecados no perdonaré a Israel. Porque venden al inocente por dinero, y al pobre, por un par de sandalias. Aplastan a los pobres contra el suelo y sacan del camino a los humildes. Padre e hijo acuden a la misma mujer, profanando mi santo nombre. Sobre ropas tomadas como prenda se sientan a comer en sus santuarios y se beben las multas de los pobres en el templo de su Dios.

Cuando ustedes llegaron a esta tierra, yo destruí a los amorreos; eran altos como los cedros y fuertes como las encinas; destruí sus frutos por arriba, y por abajo, sus raíces. En cambio, a ustedes yo los saqué de Egipto y los conduje por el desierto durante cuarenta años, para darles en posesión la tierra de los amorreos.

Pues bien, ahora yo los aplastaré contra el suelo, como la carreta tritura las espigas. El más veloz no logrará escapar, al más fuerte de nada le servirá su fuerza, y ni el más valiente salvará su vida. El arquero no resistirá, no se librará el más ágil, el jinete no se salvará, el soldado más fuerte y valiente huirá desnudo aquel día".

Palabra de Dios.

sábado, 29 de junio de 2024

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN DÍA 30 DE JUNIO



PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN

Pensamiento bíblico:

San Pablo a los Corintios: -¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios del consuelo! Él nos alienta en nuestras luchas hasta el punto de poder nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios. Si los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, gracias a Cristo rebosa en proporción nuestro ánimo (2 Cor 1,3-5).

Pensamiento franciscano:

De san Francisco en su Regla: -Impongo por obediencia a los ministros que pidan al señor Papa uno de los cardenales de la santa Iglesia Romana, que sea gobernador, protector y corrector de esta fraternidad, para que, siempre súbditos y sujetos a los pies de la misma santa Iglesia, estables en la fe católica, guardemos la pobreza y humildad y el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, que firmemente hemos prometido (2 R 12,3-4).

Orar con la Iglesia:

Dirijamos nuestra oración al Señor Jesús, que enriquece continuamente a su Iglesia con la fuerza del Espíritu.

-Tú que llamaste a Simón Pedro para hacerlo pescador de hombres, continúa enviando obreros a tu mies.

-Tú que apaciguaste la tempestad marítima para que no se hundiera la barca de los discípulos, protege de toda perturbación a tu Iglesia.

-Tú que enviaste al apóstol Pablo a evangelizar a los gentiles, haz que el mensaje evangélico sea proclamado a toda la creación.

-Tú que confiaste a la Iglesia las llaves del reino de los cielos, abre sus puertas a todos los que, cuando vivían, confiaron en tu misericordia.

Oración: Llegue a tu presencia, Señor Jesús, la voz de la Iglesia suplicante, para que te permanezca siempre fiel y nos cuide con amor y sabiduría. Tú que vive y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


 

Desagravios al Señor

 



Desagravios al Señor
(tomados de la)
Novena a Jesús Nazareno centro de todo amor en el piadoso paso de la cruel bofetada Que sufrió en la casa del Pontífice Anás ¡Oh de mi vida, amor ensangrentado!

Libra mi alma y mi cuerpo del pecado

Oh Jesús, con salivas afeado, libra mi alma y mi cuerpo del pecado.
Oh cuello, con tal soga lastimado, libra mi alma y mi cuerpo del pecado.
Oh rostro tierno, de mi pecho amado, libra mi alma y mi cuerpo del pecado.
Oh Cristo, con crueldades maniatado, libra mi alma y mi cuerpo del pecado.
Oh bellísimo rostro abofeteado, libra mi alma y mi cuerpo del pecado.
Oh corazón sin lástima angustiado, libra mi alma y mi cuerpo del pecado.
Oh mi amor, bien herido y mal pagado, libra mi alma y mi cuerpo del pecado.

Y diré al ver tu sangre derramada, mi amor sea el Cristo de la bofetada.
Y diré al ver tu cara señalada, mi amor sea el Cristo de la bofetada.
Y diré al ver en ti la mano armada, mi amor sea el Cristo de la bofetada.
Y diré al ver tu vista ensangrentada, mi amor sea el Cristo de la bofetada.
Y diré al ver tu barba despoblada, mi amor sea el Cristo de la bofetada.
Y diré al ver tu tanta belleza ajada, mi amor sea el Cristo de la bofetada.

Mi Señor, mi redentor, mi amor, por la cruel bofetada que por mí sufriste
Sé tú mi amor, pues por mi amor moriste,
Por las gotas desangre que vertiste,
Sé tú mi amor, pues por mi amor moriste,
Por el golpe que en la tierra diste,
Sé tú mi amor, pues por mi amor moriste,
Por las palabras que al agresor dijiste,
Sé tú mi amor, pues por mi amor moriste,
Por los ojos con que a Malco viste,
Sé tú mi amor, pues por mi amor moriste,
Por la garganta que a la soga diste
Sé tú mi amor, pues por mi amor moriste,
Por las manos que a al lazo ofreciste,
Sé tú mi amor, pues por mi amor moriste,
Por tu tierno corazón tan triste,
Sé tú mi amor, pues por mi amor moriste.

V. Adorámoste Jesús Nazareno abofeteado.
R. Por redimirnos del pecado.

Oración: Mi Dios, mi Amor, mi Jesús y todo mi bien; lucidísimo sol inflamado en amor de los hombres, y por eso de mis entrañas vida, y de mi alma amante esposo: estampa en mi corazón estas afrentas e injurias que padeciste en el tribunal de Anás, y pues eres mi cabeza, Dios de infinito amor y yo tu miembro, aunque pecador, úneme todo contigo, para que mis pensamientos, obras y palabras, sean gratas a tus divinos ojos. Imprime en mi alma las virtudes que enseñaste, cuando te estrelló contra la tierra, al golpe de un bofetón el alevoso Malco, para que saliéndome de corazón y voluntad toda su práctica, que es señal de ser perfectas, por ellas te desagravie y logre la dicha de ver tu hermosura en la patria celestial. Amén.

(Compilado por José Gálvez Krüger)