domingo, 13 de febrero de 2022

¡Se necesita mucha fe! 13 de febrero de 2022 Sexto domingo del tiempo ordinario, Año C

 



Reflexiones Católicas Diarias
¡Mi vida católica!

¡Se necesita mucha fe!
13 de febrero de 2022
Sexto domingo del tiempo ordinario, Año C
Lecturas para hoy

“Bienaventurados seréis cuando os odien, y cuando os excluyan e insulten, y denuncien vuestro nombre como malo a causa del Hijo del Hombre. ¡Alégrate y salta de alegría en ese día! He aquí, vuestra recompensa será grande en los cielos”. Lucas 6:22-23

Se necesita mucha fe para “gozarse y saltar de alegría” después de experimentar el odio y la persecución de otro. Incluso cuando uno es perseguido a causa de su fe en Cristo, se necesita mucha fe y mucho amor para regocijarse sinceramente.

Pero dicho esto, ¡este nivel de fe y amor es posible! Si no fuera así, nuestro Señor no habría dado esta enseñanza. Es una enseñanza para vivir el más alto ideal. Es un llamado a vivir en la Bienaventuranza.

Aunque valdría la pena dedicar tiempo a todas y cada una de las bienaventuranzas y tratar de aplicarlas a nuestras vidas, también es útil observar el hecho más general de que Jesús no nos llama a la mediocridad; más bien, Él nos llama a las alturas de la perfección. Es en esas alturas donde nuestras almas encuentran la mayor recompensa.

Reflexionad hoy sobre esta bienaventuranza. Quizás nunca hayas experimentado persecución y odio como resultado de seguir a Jesús. Pero incluso si no lo has hecho, trata de ponerte en esta situación y trata de descubrir honestamente cómo reaccionarías. ¿Serías capaz de permitir que la persecución “te resbale por la espalda”, por así decirlo? ¿Serías capaz de aceptar la injusticia en tu vida sin permitir que perturbe tu paz interior? ¿O te volverías amargado y enojado como resultado del dolor que sentirías?

Trate de poner sus ojos en los ideales de la vida cristiana. Si aspiras a algo menos, corres el riesgo de alcanzar ese objetivo inferior. Pero si pones tus ojos en el alto llamado de las Bienaventuranzas, entonces encontrarás que nuestro Señor te acercará continuamente a Su corazón, limpiándote, fortaleciéndote, llenándote de más fe, esperanza y amor, y llevándote a la un nivel cada vez más bendito de santidad. ¡Vale la pena apuntar al ideal!

Señor de la perfección, por favor hazme santo. Ayúdame a mantener mis ojos en Ti y en las virtudes y Bienaventuranzas que Tú me llamas a vivir. Que nunca me conforme con una vida mediocre. En cambio, que pueda luchar solo por una vida de perfección y santidad, haciéndote el centro de todo lo que anhelo. Jesús, en Ti confío.







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