Reflexiones diarias sobre la Divina Misericordia
365 Días con Santa Faustina
Reflexión 44: La mirada del Señor echa fuera el miedo
Sabéis que nuestro Señor os mira noche y día con perfecto amor y afecto. ¿Sabes que Él conoce cada detalle de tu vida y camina contigo en todo? Esto puede ser difícil de creer porque no podemos escucharlo audiblemente, verlo con nuestros ojos o tocarlo con nuestras manos. Pero Su intimidad es mucho más profunda que el mundo físico. Su intimidad es la que mira dentro de nuestra alma y nos ama. Su mirada de amor, si la dejamos, expulsará todo temor de la vida (Ver Diario #90).
¿Qué es lo que más temes? ¿Qué es lo que le causa mayor ansiedad? Hoy, trata de identificar la causa de tu miedo. Y cuando lo hagáis, sabed que nuestro Señor Misericordioso ya lo ha visto todo. Él es consciente de tu situación y te mira con amor. La clave es volver a mirar a Jesús, buscar su rostro dentro de tu propia alma y mirarlo con amor. Allí, mirando fijamente a nuestro Señor, encontrarás el coraje que necesitas para soltar todo lo que te agobia y permitirás que Su gracia te levante en lo alto.
Señor, ayúdame a apartar mis ojos de todos mis temores. Ayúdame, en cambio, a buscar Tu mirada amorosa ya permitir que esa mirada de amor expulse todo lo que no es tuyo. Señor, si tan solo pudiera ver Tu rostro, radiante y hermoso, viviendo en mi alma, sería consolado y consolado en todas las cosas. Jesús, en Ti confío.
365 Días con Santa Faustina
Reflexión 44: La mirada del Señor echa fuera el miedo
Sabéis que nuestro Señor os mira noche y día con perfecto amor y afecto. ¿Sabes que Él conoce cada detalle de tu vida y camina contigo en todo? Esto puede ser difícil de creer porque no podemos escucharlo audiblemente, verlo con nuestros ojos o tocarlo con nuestras manos. Pero Su intimidad es mucho más profunda que el mundo físico. Su intimidad es la que mira dentro de nuestra alma y nos ama. Su mirada de amor, si la dejamos, expulsará todo temor de la vida (Ver Diario #90).
¿Qué es lo que más temes? ¿Qué es lo que le causa mayor ansiedad? Hoy, trata de identificar la causa de tu miedo. Y cuando lo hagáis, sabed que nuestro Señor Misericordioso ya lo ha visto todo. Él es consciente de tu situación y te mira con amor. La clave es volver a mirar a Jesús, buscar su rostro dentro de tu propia alma y mirarlo con amor. Allí, mirando fijamente a nuestro Señor, encontrarás el coraje que necesitas para soltar todo lo que te agobia y permitirás que Su gracia te levante en lo alto.
Señor, ayúdame a apartar mis ojos de todos mis temores. Ayúdame, en cambio, a buscar Tu mirada amorosa ya permitir que esa mirada de amor expulse todo lo que no es tuyo. Señor, si tan solo pudiera ver Tu rostro, radiante y hermoso, viviendo en mi alma, sería consolado y consolado en todas las cosas. Jesús, en Ti confío.
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