sábado, 14 de julio de 2018

Restaurando el Matrimonio: Día 14: Amarse en las buenas y malas

pareja de esposos juntos mirandose de frente sonriendo de forma tierna dia



El matrimonio es el diseño de Dios en la que el hombre y la mujer se completan mutuamente, se fortalecen y crecen espiritualmente  


Para asegurar el uso correcto del poder procreador, Dios fundó la institución del matrimonio: la unión permanente e irrevocable de un hombre y una mujer.

La necesidad de tal unión es evidente, ya que es esencial no sólo que los niños nazcan, sino que sean amorosamente criados y cuidados por el padre y la madre que los traen al mundo.

No fue sólo con el propósito de poblar la tierra que Dios instituyó el matrimonio. "No es bueno que el hombre esté solo", dijo Dios mientras Adán dormía en el Edén. "Lo haré un ayudante como él mismo".

El matrimonio es el diseño de Dios en la que el hombre y la mujer se completan mutuamente, se fortalecen y contribuyen al crecimiento espiritual de los demás.


Día 14: Amarse en las buenas y malas
Un matrimonio fuerte requiere dos personas que eligen amarse incluso en los días en que luchan para agradarse el uno al otro

Muchas historias de amor modernas nos hacen ingenuamente creer que el amor es poco más que una sensación voluble que viene y va.

La verdad es que el amor no es un sentimiento; Es un compromiso orientado a la acción. Es una opción para dar lo mejor a alguien, incluso cuando están en su peor momento.

Significa servir incluso cuando el otro no está en condiciones de devolver el favor. Esto significa dar mucho más de lo que sentimos que estamos dando

Eso es lo que Dios hizo por nosotros y lo que Él nos llama a hacer los unos por los otros.

Cita bíblica del día
"Todo lo que hagan, háganlo con amor". (1 Corintios 16,14)

Pregunta para la reflexión
"¿Estoy demostrándo amor a mi cónyuge por la definición del amor de Dios o por la definición que me da el mundo?".

Oración del día de los esposos
Señor, estamos especialmente agradecidos por el don de la vida y el regalo de tenernos el uno al otro como fruto de tu amor en nuestra unión.

Enséñanos a usar nuestras palabras para dar vida y consuelo, para infundir esperanza y amor aun cuando atravesamos por la angustia y nos agobian los problemas.

Deseamos ser reflejo mismo de tu amor, convertirnos en refugio seguro el uno al otro y darnos fuera y apoyo para vencer toda dificultad.

Perdóname, oh mi Dios, cuando me olvido de ser motivo de alegría ni de esperanza para mi cónyuge.

Te pedimos que nos ablandes el corazón y que nuestras palabras sean como la dulce miel para el otro: que lleva dulzura al alma y salud al cuerpo

Amén.

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