viernes, 19 de enero de 2018

Problema con Dios?




Caricias para el Alma


“¿Por qué ha creado Dios un mundo con tantas catástrofes?”


Tenemos un problema con nuestro Dios. Quizá porque cuando decimos que es creador, no sabemos exactamente lo que decimos. Y lo mismo ocurre cuando decimos en el Credo “todopoderoso”. ¡Nuestras ideas del poder son tan raras!  La psicología lo confirma, pero el problema no se arregla. El todopoderoso nos evoca visiones de poder o de autoridad, en el sentido más estricto del término (etimológicamente, la autoridad va ligada a la idea de permitir crecer y ayudar al crecimiento).

De este modo, nuestro Dios está en nuestros pensamientos más o menos vaporosos o desdibujados, un poco mágicos o a veces incluso mucho más. El que lo puede todo, en un instante, de un vistazo, ha permitido que suceda lo que ha ocurrido en esos países asolados por el maremoto.

Se nos ocurre pensar que también él, como nosotros, podría ser caprichoso, decidir cosas erróneamente como un propietario caprichoso del mundo. He aquí cómo amontonamos en Dios, como consecuencia de generaciones enteras, ideas torcidas y demasiado semejantes a las nuestras. Ahora bien, la Biblia nos dice que esto no es tan simple.

La Revelación corrige poco a poco nuestras ideas sobre Dios.


La Biblia se presenta como una Revelación. Lo sabemos, pero no medimos por completo lo que todo eso significa. Nos hace falta pensar en la foto, que aparece poco a poco en un laboratorio de imágenes. Nos es preciso pensar en la garlopa del carpintero que corrige y da forma a una viga demasiado rugosa. Para nosotros, basta seguir el camino que abre el gran Libro.

¡Alabanza al Dios creador!

Este es el problema. Se abre toda una liturgia de alabanza a Dios, que crea el mundo con su palabra. Y lo crea en relación (en alianza) con él. Ahora bien, desde la segunda página de la Biblia, el hombre toma los caminos de maleza figurados en la serpiente, caminos que disfrazan a Dios con los colores de los caprichos humanos. Como si desde el principio, el hombre no tuviese nada claro respecto a esta noción de Dios creador.

Dios siente

Un Dios tan cercano a los hombres que éstos lo soportan mal. Por eso los profetas van a debatirse, día y noche, contra un pueblo que le da vueltas a su cabeza pensando que su Dios haga algo parecido a lo que ellos hacen. Les explican que cuando Dios hace alianza, él cuida de su pueblo y de los pobres y se queda impactado por lo que les sucede. Hablan de cólera, como para provocarlos al sobresalto de la humanidad. Pues él está extrañamente cercano al hombre. Y se puede ver en todo el Antiguo Testamento y en el Nuevo.

“Padre nuestro que estás en los cielos”

En el Nuevo Testamento, Jesús enseña a los discípulos a orar diciendo como él mismo lo hace: “Padre nuestro que estás en los cielos”. Ahora bien, no sabemos con exactitud lo que eso significa o quiere decir. Y como consecuencia, al igual que los grandes pintores del Renacimiento, pensamos con mucho gusto en términos de catástrofes por encima de las nubes, mientras que en la Biblia esta expresión designa el color propio de Dios, o lo que debemos contemplar para conocer o comprenderlo. Dios tan cercano al hombre y tan desconocido La Biblia no nos indica nunca la dirección de las nubes, sino la de los hombres.

Este es el problema.

Jesús está íntimamente cercano a los hombres. ¡Hasta el extremo! Y en el extremo, Dios tampoco es mágico, pues Jesús muere, como mueren terriblemente los hombres.

Pero a quien le sigue, a aquellos que de algún modo le dan la mano, les abre el camino del paso. Esta palabra en hebreo es la que se emplea para la Pascua: el paso de los hebreos por el Mar Rojo, la mar tumultuosa de la muerte. El silencio de los tres días que Jesús pasa en el vientre de la tierra. El paso a través de la muerte. Los que escriben los evangelios, nos dicen que ellos han tocado con el dedo esta vida más fuerte que la muerte (comienzo luminoso de la primera carta de Juan).

Y del maremoto tsunami, ¿qué?

Estoy desconcertado, derrotado por la desgracia que ha ocurrido con un maremoto terrible en todo el Sudeste asiático, con millares de muertos, con los pobres que veían la muerte ante sus ojos y con el vacío absoluto en su corazón. Mi primer movimiento es de repensar en Dios como un Dios todopoderoso. Ahora bien, sé que él no es así. Que las leyes del universo son lo que son. No sé, no estoy seguro de que Dios las sostenga en mano, sea como sea. El hace que la muerte pase, sostiene la mano de los pobres que pasan el corredor de la oscuridad.

Dios de la resurrección

Frente a la muerte, Jesús dice a la vez: “En tus manos, encomiendo mi espíritu” y “Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Y Dios, el Padre creador está desprovisto de magia. Dios es compañero de camino, a pesar de todos estos horribles sucesos. Un Dios humilde y desconcertante. Hará falta continuar leyendo el mundo y leyendo la Biblia para aprender durante mucho tiempo todavía a conocer a Dios: al Dios creador humilde y amigo de los hombres.

Felipe Santos Campaña

No hay comentarios. :

Publicar un comentario