sábado, 18 de noviembre de 2017

Las visiones místicas de la madre Angélica

vía olamshrine.org
La madre Angélica falleció a las 5pm en el centro el Domingo de Pascua. Ella tenía 92 años y murió por causas naturales.
Si bien la mayoría de la gente conoce a la Madre Angélica como la fundadora de EWTN y una destacada personalidad televisiva, pocas personas conocen sus experiencias místicas.
En 1995, la Madre Angélica viajaba a Sudamérica con unas pocas monjas para tratar de obtener ayuda para una versión en español de EWTN. Una de sus paradas fue en el Santuario del Divino Niño Jesús en Bogotá, Colombia, y después de la Misa fueron a orar en una pequeña capilla lateral con la imagen del niño Jesús.
De repente, mientras ella estaba silenciosamente de pie y rezando, ¡la imagen cobró vida!
"Edifícame un templo", le dijo el sonriente niño Jesús, "y ayudaré a los que te ayudan".
Las dos monjas con ella escucharon y no vieron nada, pero la Madre Angélica cayó en un profundo éxtasis religioso. Cuando finalmente salió de allí, rompió a llorar, y más tarde dijo que su "corazón latía a 100 millas por hora".

Una vez que regresó a su convento en Alabama, compartió esta historia con sus compañeras y de inmediato comenzaron a buscar tierra para construir un santuario. Pronto, descubrieron un pedazo de tierra justo al norte del convento que solía ser una granja de soja. Tan pronto como puso los pies en ella, la Madre Angélica supo que era el lugar correcto, y luego dijo que "sintió la presencia de Dios con mucha fuerza".
¡Sin ningún dinero de EWTN, enteramente como un proyecto de su convento del Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles, el edificio comenzó y el  Santuario del Santísimo Sacramento se abrió justo a tiempo para el año 2000 del jubileo!
Pero ese no era el final de sus visiones místicas.
En Alabama, el niño Jesús continuó  apareciéndole regularmente, incluso en los pasillos de su convento, y tenían conversaciones breves aquí y allá.
Por supuesto, tener una visión mística no era la base de su grandeza como mujer santa, sino su fidelidad a Dios. Y eso es algo que todos nosotros, por la gracia de Dios, podemos hacer también.

¡Ora por el descanso del alma de la Madre Angélica!

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